El Rabino Menashe ben Israel, fue uno de los más famosos rabinos Sefaradim de Ámsterdam. Él estaba convencido de que la restauración de Israel no podría tener lugar sino hasta que los judíos se hubieran extendido en todas partes del mundo. En septiembre de 1644, desembarco en Ámsterdam Antonio de Montesinos. Era un español que regresaba a Europa después de haber hecho su fortuna en América Latina durante casi 10 años. En realidad, Montesinos era un marrano cuyo verdadero nombre era Aarón Levy. Antonio se apresuró a buscar al rabino Menashe, para relatarles su increíble historia. Montesinos le conto al rabino que hacía dos años, mientras realizaba exploraciones en la región Ecuatorial con un grupo de exploradores, habían hecho un viaje en burro a la lejana provincia de Papian, en Perú, junto con varios indígenas que lo acompañaron. Mientras el grupo iba de camino, un inesperado viento les obligo a detenerse para refugiarse en una cueva. Entonces los indígenas empezaron a murmurar entre ellos, que la tormenta era un castigo de DI-s, por la manera en que los españoles trataban al “Pueblo Sagrado”. Finalmente, el viento se detuvo y los viajeros reanudaron su camino. Montesinos siguió relatando que varias semanas después, tras su regreso a Ecuador, la inquisición lo detuvo por sospechoso de judaizante. Estando en la cárcel, se puso a reflexionar sobre el comentario que había escuchado de los indios, y prometió que, en caso de salir en libertad, iría en busca de ese tal “Pueblo Sagrado”. Afortunadamente no tuvo que esperar mucho tiempo, ya que la inquisición lo libero por falta de pruebas. Montesinos entonces localizo a los guías indios, y les pidió que lo condujeran hacia ese tal “Pueblo Sagrado”. Ante la duda de los guías indios, les explico que el mismo pertenecía a ese Pueblo Sagrado. Asombrados y admirados, los indios no dudaron, y al cabo de tres días, partieron con Montesinos rumbo al lejano lado norte de la cordillera. Finalmente, al alcanzar un pequeño descampado a orillas de un bosque, los guías se detuvieron y emitieron una serie de silbidos. Al cabo de unos minutos, aparecieron cuatro indios. Enojados ante la presencia del español, sostuvieron una conversación con los guías en su idioma nativo. Entonces al conocer la identidad de Montesinos, rebozaron de alegría, lo abrazaron, y recitaron en su honor como bienvenida el “Shema Israel”. Luego, el grupo se encamino hacia una aldea cercana. Allí, con los guías como intérpretes, los ancianos de la tribu le relataron su historia: “Ellos eran descendientes de la tribu perdida de Reubén, y le dijeron que llevaban allí varios siglos viviendo en aquella jungla. Siempre habían soñado con reestablecer algún contacto con su ancestral pueblo judío. Ahora después de recibir a uno de sus hermanos, su sueño podría finalmente ser realizado. Anhelaban ser instruidos en los principios de la Tora”. Antonio Montesinos entonces le prometió que lo haría una vez que regrese a su país. Al poco tiempo partió a Europa, y a su llegada a Ámsterdam, se apresuró en relatar su increíble aventura a los líderes de la comunidad judía local. Entonces, todos los oyentes quedaron fascinados ante tal relato. Ahora, en el último rincón del mundo, se descubría un remanente del pueblo de Israel. Al principio, el rabino Menashe dudaba de su relato, pero luego acabo por reconocer que los “indios de Montesinos”, podrían realmente pertenecer al remanente del pueblo Israel, y decidió entonces escribir un libro, “Mikve Israel” “Esperanza de Israel”, que habla acerca de las Diez Tribus Perdidas, y que publicó en 1650. Incluso también por esas fechas, un predicador de Inglaterra, llamado Thomas Thoronwood, publico una obra titulada “Los judíos en América, y la probabilidad de que los indios sean judíos”. Pero lo más sorprendente de todo esto, fue lo que había declarado en esa época el filósofo ingles Willian Penn, quien fundo Pensilvania, y que dijo que, son muchas las similitudes entre las costumbres judías y las indias. Veamos algunas de estas costumbres, ceremonias, y ritos, que tenían los indios y que, aparentemente tendrían en sus creencias un origen en común con las leyes judías: Entre los preceptos de los indios, figuran el de hacer frecuentes sumergidas en ríos o manantiales. “MIKVE TAHARA”
No tocar a un muerto. “TUMA”
No beber sangre.
Observar ciertos días de ayuno. “TAANIT-TZOM”
Las viudas indias que no tuvieran hijos, no tenían derecho a volver a casarse sin el consentimiento expreso de su cuñado. “JALITZA”
Los hombres indios debían casarse con las viudas de sus hermanos que no hayan tenido hijos. “YABAM-IBUM”
Tenían la obligación de ofrecer las primicias de sus cosechas a su dios, depositándolas bajo unos árboles en la cumbre de altas montañas. “BIKURIM”
Tenían templos y un objeto sagrado, que llevaban consigo en las campañas guerreras. “URIM BETUMIM”
Para los indios, las almas de los muertos se reunían con las de sus antepasados en el campamento de sus ancestros”. “GAN EDEN”
Los Sacerdotes indios, debían vestir con pieles de blanco en las grandes solemnidades. “LAS ROPAS DEL COHEN GADOL”
Los días de luna nueva, se realizaban unas ceremonias. “ROSH JODESH”
Según las creencias indias, los suicidas no tendrían acceso al reino de los padres.
Las mujeres indias debían vivir en tiendas separadas, en los periodos que se consideraban impuras, durante la menstruación y durante los tres meses siguientes al parto. “NIDA”
El Totem que llevaban, consistía en una caja de madera, que nunca debía tocar el suelo, por lo que se trasportaba en andas. “ARON HABERIT”
Algunas de las normas penales indias, coincidían con las hebreas. En lo que respecta a la venganza de sangre, los indios contaban con lugares de refugio, donde los delincuentes no podían ser detenidos, lo que para los judíos se le conocía como “ARE MIKLAT”.
En la obra de George Jones, titulada "Identity of the aborigines of America with the people of Tribus and Israel”, referida a la identidad de los indios americanos con las tribus israelitas, también asevero que América fue colonizada por los israelitas. Por otro lado, un jesuita español, de nombre Joseph Gumilla (1686/1750), quien exploró como misionero la cuenca del río Orinoco (hoy Venezuela), comprobó que la oración ritual, que los indios de esa región dirigían a diario al Sol, era la misma que decían los hebreos. Cuando Gumilla les pregunto a los indios, de dónde habían aprendido esa oración, estos le contestaron que de sus antepasados, pero que en realidad ellos no adoraban al Sol, sino a quien lo había creado.
En el en el capítulo 6 del “Sefer Haberit”, escrito por un alumno del Gaón de Vilna, dice que Ofir es Perú, y que su rabino, el Gaón de Vilna le dijo que, algunas de las tribus indígenas de América, descendian de aquellos obreros que había enviado el rey Salomón a Ofir, a buscar oro para la construcción del primer Templo “Bet Hamikdash”. Ofir, según la Tora, era un lejano país rico en oro, piedras preciosas, y maderas. Entonces, el rey Hiram había enviado a sus marineros que conocían muy bien el mar, para que junto con los trabajadores del rey Salomón, viajaran en busca del oro de Ofir. Así fue como llegaron los barcos a Ofir, “Perú”, y trajeron de allí 420 barras de oro, que llevaron al rey Salomón para la construcción del Bet Hamikdash. (MELAJIM I (Reyes I) 9:26-28 y DIBRE HAYAMIM II 8:18 y 9: 10) Miguel Cabello de Balboa (1535/1608) sobrino de Vasco Núñez de Balboa, quien fue el que descubrió el Océano Pacifico, escribió una crónica sobre el pasado prehispánico del Perú, afirmando que Perú era Ofir, y que Ofir se había trasladado hacia tierras muy lejanas, fundando en su nombre la ciudad de “Ofir”, Perú. Y que uno de los hijos de Ofir, llamado “Yoktan”, (Noaj-Shem-Arpajshad-Shelaj-Ever-Yoktan-Ofir) se había ido hacia otras tierras, a la que llamo como su nombre “Yoktan” hoy conocida como “Yucatán”. En el comentario de Rashi a la Tora, explica que se llamaba Yoktan, porque se empequeñecía a sí mismo en humildad, y por eso DI-s le dio la oportunidad de fundar varias ciudades y familias.
Entonces, ¿son los indios descendientes de las tribus perdidas de Israel, o solo es un mito?…..
Eli Suli. Tomado de la red.
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