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Foto del escritorCasa HarTzyon

¿QUIÉN ES EFRAÍN EN LA BIBLIA?

Entonces Israel extendió su mano derecha, y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito. Génesis 48:14-22



Para poder comprender quién es Efraín en la Biblia tenemos que comenzar desde Abram. Abram es llamado por el Eterno dándole la siguiente promesa:

Génesis 12:1-3: “Pero el Señor había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré, y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”

Génesis 15:5: “Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.”

Para poder entender está promesa tenemos que buscar el significado de la palabra descendencia desde su etimología, para ayudarnos a encontrar su significado utilizaremos el diccionario Strong H2233, zera, significado: semilla, esperma.

Esto quiere decir que la descendencia de Abraham sería tan numerosa e incontable y a su vez llegaría a todas las naciones a donde los hijos de Abraham llegarán (Gálatas 3:29). Comenzando con el hijo de la promesa Isaac y continuando con Jacob, hasta llegar a José y luego a Efraín, pero: ¿Cómo se cumpliría está promesa en Efraín?

Cuando comprendemos que tan importante es la bendición de un patriarca sobre sus hijos podemos comprender la bendición de Jacob sobre Efraín y sobre el resto de sus hijos. La primogenitura en el contexto bíblico, es quién continua con la promesa dada Abram, ya que el primogénito es el encargado de transmitir la Palabra y cuidar de la familia.

El primer hijo de Jacob fue Rubén pero le es quitada la primogenitura (Génesis 49:3-4). Judá fue elegido por revelación divina para tener el destino real de la nación de Israel (Génesis 49:10).

De todos los hijos de Jacob dos hijos resaltan en toda la Escritura Judá y Efraín, leamos: “Los hijos de Rubén primogénito de Israel (porque él era el primogénito, mas como violó el lecho de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de José, hijo de Israel, y no fue contado por primogénito; bien que Judá llegó a ser el mayor sobre sus hermanos, y el príncipe de ellos, más el derecho de primogenitura fue de José)” (Génesis 35:22; 49:4-10).

A Jacob le nacen doce hijos quienes conforman las doce tribus de Israel y de quienes se forma la nación de Israel, cuando salen de Egipto. Jacob tuvo dos hijos de su amada Raquel, ella concibió a dos hijos, llamados José y Benjamín (Génesis 29:15-35 y 30:24).


Algo que es muy importante conocer de los nombres en hebreo es que tienen un significado y un propósito, por eso a Abram se le cambia el nombre por Abraham; porque pasaría de ser Padre de un pueblo a Padre de muchedumbre de gentes (Génesis 17:5). José es quién continua con la promesa dada Abraham, el nombre de José significa Dios añadirá y por medio de él se añaden

sus dos hijos, Efraín y Manasés, a las doce tribus de Israel. Su padre Jacob decide adoptar a estos dos hijos y bendecirlos (Génesis 48:14); eligiendo así a Efraín por primogénito, eso significa que la promesa dada Abraham pasaría a Efraín.

El nombre de Efraín significa fructífero o doble fruto, podría ser esta una pista del porque Jacob lo bendeciría así: “Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor [Efraín] será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones” (Génesis 48:19). La expresión multitud de naciones, en hebreo es Melo Hagoim, que significa multitud de naciones gentiles.

Sabido esto entendemos porque entonces la primogenitura fue dada a José, extendiéndose a sus dos hijos, Manasés y Efraín, he invertido el orden a Efraín por primogénito.

DIVISIÓN DE LAS DOCE TRIBUS DE ISRAEL (CASA DEL NORTE Y CASA DEL SUR, NOMBRES QUE NUNCA PUEDEN CONFUNDIRSE)

En el reinado de Salomón se anuncia que el reino de Israel (12 tribus) sería dividido, por sus pecados de idolatría, permitiendo que sus mujeres extranjeras le edificaran centros de adoración pagana a sus dioses, (1a Reyes 11:11-13); y por su desobediencia a los mandamientos y ordenanzas que el Eterno había establecido para los reyes de Israel (Deuteronomio 17:14-20; 1a Reyes 10:14-29, 11:1-10).

El Eterno anuncia la división del reino por medio del profeta Ahías a Jeroboam (efrateo, descendiente de la tribu de Efraín hijo de José), siervo de Salomón, a quién se le dieron diez tribus; y a Roboam hijo de Salomón le quedaron dos tribus (Judá y Benjamín, quienes se convierten en una sola tribu, Judá); ya que la bendición de Jacob sobre Judá fue que no se le quitaría el centro, símbolo de gobierno, hasta que venga Siloh (Yeshúa el Mesías, Rey de Israel), (1a Reyes 11:26-40).

Este anuncio se cumple en el año 930 a.C. aproximadamente, convirtiéndose así en dos reinos o dos casas, la Casa del Norte con su capital Samaria conocida también como la Casa de Efraín, eligiendo a Jeroboam como su rey, llevándose consigo a diez tribus (Gad, Rubén, Aser, Neftalí, Dan, Efraín, Zabulón, Manasés, Isacar y Simeón); y la Casa del Sur con su capital en Jerusalén, conocida también como Judá, sería gobernada por Roboam, a él se le dan dos tribus (Judá y Benjamín). Al quedar divididas las doce tribus de Israel se cumpliría el plan del Eterno de hacer de la descendencia de Abraham muchedumbre de gentes o naciones que serían incontables, como la arena del mar y las estrellas del cielo, Génesis 22:17.

Vemos pues que así es como Israel se divide en dos: una parte dirigida por un descendiente de Efraín, Jeroboam, y la otra parte dirigida por un descendiente de Judá, Roboam.

Roboam reúne un ejército, para arrebatarle a Jeroboam el reino tomado, pero Dios envía al profeta Semaías a decirle lo siguiente: “Pero vino palabra del Señor a Semaías varón de Dios, diciendo: Habla a Roboam hijo de Salomón, rey de Judá, y a toda la casa de Judá y de Benjamín, y a los demás del pueblo, diciendo: Así ha dicho el Señor: No vayáis, ni peleéis contra vuestros hermanos los hijos de Israel, volveos cada uno a su casa, porque esto lo he hecho yo. Y ellos oyeron la palabra de Dios, y volvieron y se fueron conforme a la palabra del Señor” (1 Reyes 12:21-24).

Así que esta división de estos dos Reinos o Casas no es más que el resultado de un plan divinamente establecido por Dios y dirigido por Él, para dar cumplimiento a la profecía de Jacob sobre Judá y Efraín que vendrían hacer preeminentes para cumplir las intenciones redentoras de Dios en la historia de la humanidad, pues de Israel saldría una nación y un conjunto de naciones (Génesis 35:11).

Está división del reino es esencial saberla y poderla comprender, para que veamos cómo se cumple la primera parte de la profecía, pero la segunda parte, esto es, que de Efraín surgirá plenitud de gentiles, esto deberá cumplirse también.

CÓMO EFRAÍN PASARÍA HACER LAS NACIONES GENTILES

Tenemos que empezar por recordar las palabras de Jacob sobre Efraín: “tu descendencia vendrá a ser “Melo Hagoim”, esto es, “plenitud de gentiles” (Génesis 48:19).

En el año 722 a.C. aproximadamente los Asirios conquistaron el Norte de Israel, (2a Reyes 17), conocidos también por los profetas como: Casa de Israel, Efraín, Samaria, Israel, Paloma Incauta, No compadecida, No mi pueblo, Asno montes, Flechas, Gracia, La rebelde de Israel, Ebrios, etc. Estos son algunos de los nombres con que los profetas se dirigen a estas diez tribus, los cuales debemos de tomar en cuenta a la hora de estudiar los profetas para saber a qué casa dirigen su profecía.

Al conocer un poco de la historia de lo que les sucedió a las tribus de Israel, comprendemos qué por la desobediencia a los mandamientos del Eterno, dados a Moisés en el Monte Sinaí; estas tribus fueron llevadas en cautiverio a otras naciones y dispersas; lo cual hizo que también se mezclaran con otros pueblos y perdieran su identidad, como israelitas, (2a Reyes 17:24-41), y pasaran de ser pueblo escogido a “gentiles”, en hebreo goy del Strong H1471, que significa: pueblos, naciones extranjeras, gentil.

Lamentablemente estas diez tribus no se mantuvieron bajo las instrucciones del Eterno (la Torá), sino que se fueron en pos de dioses ajenos. Esto provocado por la desobediencia de su líder Jeroboam, quien hizo que el pueblo se apartara totalmente del Eterno y se paganizaran totalmente (1a Reyes 12:25-33, 2a Crónicas 11:15). Esto implica que perdieron su identidad que los distinguía y separaba de otros pueblos. Adoptaron con el tiempo costumbres, tradiciones, nombres, apellidos y una vida total igual al de las naciones donde fueron arrojadas.

REGRESO DE JUDÁ

La Casa del Sur o Jerusalén también fue conquistada por los Babilonios (2a Reyes 24), y llevados en cautiverio en el año 605 a.C. aproximadamente, este exilió duro alrededor de 70 años y al término de este tiempo el Rey Ciro les permitió su regreso por mandato del Eterno, (Isaías 44:28 y 45:1-3). Pero según los historiadores solo regreso el 5% de la población, el resto se quedó en Babilonia, pero los que regresaron siguieron guardando la Torá (Génesis, Éxodo, Números, Levítico y Deuteronomio), y no perdieron su identidad como pueblo del pacto. A quienes se les conoce hoy en día como los judíos, por ser de la tribu de Judá y a todos los de las diez tribus que emigraron al Sur.

EL ETERNO NUNCA ABANDONO A TU PUEBLO

Antes que todo esto les aconteciera a ambas casas, el Eterno les estuvo enviando profetas para que se arrepintieran y volvieran a las instrucciones que Él les había dado en el Monte Sinaí por mano de su siervo Moisés; ya que ambas casas se habían apartado de sus mandamientos y se fueron tras otros dioses.

A la Casa del Norte o Efraín les envió profetas por un período de 200 años aproximadamente y a la Casa del Sur o Jerusalén por un periodo de 120 años. Pero no sé arrepintieron, sino que siguieron en pos de dioses ajenos, siguiendo sus propios instintos como animalitos, por eso Oseas les da el nombre de paloma incauta o asno montes (Oseas 7:11; 8:9). Es por eso que Yeshúa (Jesús) se dirige así a la mujer cananea de Mateo 15:24 (lo veremos más adelante).

Los profetas que dirigieron su profecía a la Casa del Norte o Efraín fueron: Oseas, Jeremías, Ezequiel, Zacarías, Isaías, Amós, Abdías y Miqueas, (hubieron profetas que les hablaron a ambas casas). Y ellos a su vez les dan diferentes nombres según el comportamiento que tenían ante el Eterno.

A partir de esta división del reino a estas diez tribus se les conoce como “las ovejas perdidas de la Casa de Israel”, y gracias a todo esto que el Eterno nos ha revelado podemos entender entonces las palabras del Mesías Yeshúa (Jesús), su nombre en hebreo que significa salvación. Cuando al inicio de su ministerio dijo: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17).


La palabra “arrepentíos” en su etimología, del diccionario Strong H7725, teshuva, significado: retornar, volver al original, dar la vuelta en “U”. Lo que Yeshúa estaba diciendo es que era necesario que estas ovejas regresaran a las enseñanzas de su Padre dadas a Moisés en el Monte Sinaí, la Toráh, donde el Eterno dio sus ordenanzas y sus mandamientos para que el pueblo se mantuviera en sus caminos, pero por su desobediencia y por haberse apartado de sus instrucciones, Él mismo les anuncio lo que les acontecería si se apartaban de sus caminos (Deuteronomio 27 al 29).

Los profetas también anunciaron la venida del Mesías y la restauración del pueblo de Israel, Isaías 11:1, Jeremías 31, Ezequiel 36 y 37, etc

LA RESTAURACIÓN DE AMBAS CASAS VENDRÁ POR MEDIO DEL MESÍAS

Los discípulos de Yeshúa esperaban que Él restaurará el reino, esto quiere decir que las doce tribus volvieran a estar unidas (las dos casas). Veamos la pregunta que sus discípulos le hacen a Yeshúa: “Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6). Ellos le hacen esa pregunta porque ellos sabían por las enseñanzas de los profetas que el Mesías volvería y restauraría a las doce tribus, para que volvieran hacer un solo pueblo, la nación de Israel.

Ahora también podemos entender porque Yeshúa le responde a la mujer cananea de Mateo 15:21-28, de esta manera: “…Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las “ovejas perdidas de la casa de Israel” . Como ya vimos estás ovejas son las diez tribus que perdieron su identidad y se gentilizaron.

Pero Yeshúa vino a restaurar el reino caído de la Casa de David, ya que solo David logro mantener unidas a las 12 tribus y por la desobediencia de Salomón estas tribus fueron divididas, como ya lo vimos anteriormente. Yeshúa también le dice a esta mujer: “…No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos”. Porque usa la palabra “perrillos”, porque hasta que una persona no se humilla y reconoce que tiene que dejar de vivir como animalito llevada por sus propios instintos y reconoce que necesita al Mesías para el perdón de sus pecados, no podrá ser aceptada por Él. Como ella reconoció y le dijo: “…Sí Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Yeshúa (Jesús), dijo: Oh mujer, grande es tu fé; hágase contigo como quieres”. Ella reconoció que lo necesitaba para la sanación de su hija y por ende la de ella.

Yeshúa vino a romper la pared intermedia de separación entre estas dos casas, como podemos leer en Efesios 2:14, por medio de su sangre estas dos casas volverían hacer una sola, estamos en ese periodo de tiempo, en que Yeshúa a través de su sacrificio en la cruz, está llamando a sus ovejas al redil, (Juan 10:27). Los que estamos oyendo hoy su voz y estamos regresando a nuestra identidad sabemos que Él es el buen pastor, y nos está guiando hacer teshuva, retornando a las instrucciones de nuestro Padre Eterno.

Pablo le dice a los Gálatas que: “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (Gálatas 3:29). La palabra linaje en hebreo es la palabra zera, esperma, del Strong G4690, la misma que vimos en Génesis 15:5. Esto quiere decir que Pablo también entiende que estas comunidades gentiles a quién él les fue a predicar y que les dirigió trece cartas del Nuevo Testamento eran parte de esa promesa hecha Abraham, que su descendencia (zera) su esperma, sería esparcido por todas las naciones hasta llegar hacer incontable y que de su descendencia se llenaría todas las naciones gentiles. Y que ahora les era necesario hacer teshuva, retornar al original. A la Tora o Ley de Dios.

UN LLAMADO A EFRAÍN A VOLVER

Hay mucho por conocer de la Palabra del Eterno y de su plan perfecto pero si hoy tú tienes esa inquietud en tu corazón y sientes que no perteneces al lugar en donde te estas congregando, porque te quedas con hambre; es hora de que tomes una decisión, y te acerques al buen Pastor que cuida a sus ovejas y las alimenta con el mejor pasto y con la mejor agua, para que no tengan sed jamás y así dejar de ser como niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error (Efesios 4:14).

Así, que, si tu sientes que eres esa “oveja perdida de la Casa de Israel”, en busca de tu identidad, vuelve a casa, regresa, como el hijo Pródigo; seguro tu Padre te está esperando con los brazos abiertos (Lucas 15:11).

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